Desde el no aclares que oscurece, hasta un no me ayudes compadre. Así podría decirle Justino Compeán a Joseph Blatter.
El presidente de FIFA dio declaraciones a John Sutclife de ESPN muy puntuales que lejos de ayudar al futbol mexicano, lo enrarecen, e incluso deja en el aire la duda sobre la honestidad ya no sólo de la FMF, que esa sabemos, tiene más manchas que un ocelate agonizando y apesta más que un zorrillo en pleno celo.
Es decir, a final de cuentas, el positivo en cinco jugadores mexicanos es el desenlace de un iceberg, porque como tal coloso de hielo, sólo muestra una séptima parte de toda la porquería.
El tercer damnificado es el laboratorio de UCLA, pues si en verdad detectó positivo en 12 casos, porqué, entonces, sólo expuso a cinco de ellos ante la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).
Además, esta revelación de Blatter termina por ensombrecer aún más la aparente honestidad y pulcritud con la que decía conducirse la FMF al revelar los nombres de los involucrados.
La situación es clara: no sólo Guillermo Ochoa, Édgar Dueñas, Sinha, Hobbit Bermúdez y Maza Rodríguez terminaron envenenados por Clembuterol, presuntamente, ya con el aval oportunista de Blatter, por la contaminación de carne.
Aquí, el concepto de trampa crece con las nuevas investigaciones y termina por hundir más, a la Concacaf y a la FMF, y por supuesto hace crecer la imagen de ingenuidad o de estupidez fingida por parte de FIFA.
("Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa", asegura el psicólogo austríaco Alfred Adler) Ahora se sabe que la FMF explicó a la Concacaf el gran problema que tenía en sus manos: no le pidió ayuda, le pidió complicidad; no le pidió voz de denuncia, sino silencio de cuatreros.
La FMF dejó en claro que era el momento de salvarse mutuamente: México en la competencia y la Concacaf en el negocio.
De haberse difundido las pruebas que dice tener Joseph Blatter de que fueron más de cinco los contaminados por Clembuterol, era de efecto inmediato que todos los involucrados quedaran suspendidos y separados de la selección mexicana que compite en la Copa Oro.
Es decir el grupo de Chepo de la Torre habría quedado desintegrado y con 12 al menos bajo esa eventualidad de ser castigados, aunque ya se sabe, como se había adelantado, que no habrá sanción para ningún futbolista porque todo quedará en manos de la adiestrada, adoctrinada y domesticada Comisión Disciplinaria.
¿Se imaginan que en lugar de esta selección que jugará la final con Estados Unidos lo hiciera una selección Sub-22, es decir la que tiene Luis Fernando Tena en gira de preparación por Sudamérica para la Copa América?
Sería no sólo la hecatombe deportiva para el Tri, competitiva para la Copa Oro y financiera, además, para la Concacaf.
Este pacto entre la Concacaf y la FMF fue un acto de supervivencia, de tratar de rescatar los dos la zalea de sus propias necesidades: México quería salvar el pellejo por sus antecedentes de dopaje, especialmente con Aarón Galindo y Salvador Carmona, que estuvieron a punto de costarle dos años de suspensión.
¿Cualquier otro protagonista de la final habría garantizado seis millones de dólares en taquilla y el agregado de ratings y aumento de porcentaje publicitario?
No: Concacaf y FMF llegaron al pacto sucio, al acuerdo de bandoleros, de ocultar la dimensión del dopaje o contaminación por Clembuterol , para salvar así sus cabezas.
("Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti", puntualiza el filósofo alemán , Federico Nietzsche.)
Con lo que no contaban era con que Blatter terminara por desnudar de manera tan burda, tan vulgar y tan simplona, al mamarracho mal vestido que organizaron para engañar al deporte, al reglamento, a la afición, y por supuesto, a las conciencias dormidas.
Hay que recordar que en días previos, Rafael Ocampo en La Afición, y José Ramón Fernández, por Twitter, habían expuesto esta sospecha por información filtrada a través de directivos del futbol mexicano. Era susceptible de duda porque la UCLA sólo había revelado cinco nombres y los niveles de esos cinco. Por eso, ahora la probidad de la UCLA es la que está bajo sospechas.
Lo más grave: el Comité Ejecutivo de la Concacaf en pleno, es decir, todos sus integrantes, sabían que no habían sido sólo cinco los que estaban dando positivo por Clembuterol. Y todos callaron.
Que quede muy claro, en la Concacaf, lo importante no era salvar al Tri, ni a la FMF, ni a los jugadores mexicanos en desgracia de desprestigio público.
Para todos los involucrados lo único urgente era salvar su modus vivendi. No importaba si la manzana estaba podrida, había para tragar... y no sólo la manzana, sino también los gusanos. Los carroñeros del futbol del área ya encuentran cierto deleite de gourmet en comer podredumbre, materia en descomposición, especialmente si ellos mismos la procesan.
Queda entonces en claro que mientras más se investiga, mientras más se destapan los misterios en los cofres aviesos de la FMF y la Concacaf, más evidente es que deben darse castigos, y no a los jugadores, ni a los cinco ni a los 12 ni a los que sean, sino a quienes con mentiras, con manipulaciones de hechos, datos y documentos, con la pretensión de fraude y cohecho, y que por ello han ocultado una verdad simple, y en esa desesperada medida han desatado un lodazal de mentiras.
Hubiera sido tan leal, tan honesto, tan simple, tan ético, que la FMF revelara que por contaminación de Clembuterol, 12 de sus jugadores estaban positivos por la sustancia. Ampararse ante la WADA. Pedir el respaldo de la Concacaf abiertamente, condicionar sus participación a una segunda muestra, la llama Prueba C, y exponerlo todo de manera limpia, franca, puntual, sin necesidad de esconderse como villanos baratos, como mentirosos de oficio, a los cuales en este momento ya es más difícil que nunca creerles.
Para cerrar una reflexión muy sabia.
"El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera", del poeta inglés Alexander Pope.
Y esto, apenas comienza para FMF, Concacaf, Compeán, De María, Blazer y todo el Comité Ejecutivo de la zona conkakafkiana.
¿Ganar la Copa Oro bastará para que reine la paz sobre los sepulcros y los sepulcros se queden vacíos?
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