Raùl PUENTE-MORALES
De última hora se supo que comuneros y autoridades sostuvieron una reunión y derivado de la misma, liberaron a policías que tenían capturados y a la carretera que se encontraba tomada.
Esta misma tarde, la situación que prevalecía en la Meseta Purépecha era tensa, toda vez que se temía cualquier brote de violencia contra autoridades que
pudieran intentar entrar a Capacuaro para rescatar a los agentes federales, en tanto que el tráfico vehicular se vio interrumpido.
Varias comunidades se han sumado a las inconformidades, y siguen en espera de entablar algún diálogo con altos mandos policíacos o del gobierno federal, para pactar algún cese a lo que ellos han llamado atentados contra los derechos indígenas.
De lo anterior, han señalado como ejemplo el ataque a los dos jóvenes, Jaime Tadeo Álvarez, de 21 años de edad, originario de Santa Cruz Tanaco y Lázaro Lemus Mercado, de 22, oriundo de Tanaquillo, quienes se encuentran hospitalizados en un nosocomio de la ciudad de Uruapan, en donde son atendidos de las heridas de armas de fuego accionadas por los uniformados de la federación.
De última hora se supo que comuneros y autoridades sostuvieron una reunión y derivado de la misma, liberaron a policías que tenían capturados y a la carretera que se encontraba tomada.Esta misma tarde, la situación que prevalecía en la Meseta Purépecha era tensa, toda vez que se temía cualquier brote de violencia contra autoridades que
pudieran intentar entrar a Capacuaro para rescatar a los agentes federales, en tanto que el tráfico vehicular se vio interrumpido.
Varias comunidades se han sumado a las inconformidades, y siguen en espera de entablar algún diálogo con altos mandos policíacos o del gobierno federal, para pactar algún cese a lo que ellos han llamado atentados contra los derechos indígenas.
De lo anterior, han señalado como ejemplo el ataque a los dos jóvenes, Jaime Tadeo Álvarez, de 21 años de edad, originario de Santa Cruz Tanaco y Lázaro Lemus Mercado, de 22, oriundo de Tanaquillo, quienes se encuentran hospitalizados en un nosocomio de la ciudad de Uruapan, en donde son atendidos de las heridas de armas de fuego accionadas por los uniformados de la federación.
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