Steve Jobs es la personalidad más reconocida de Apple, pero gran parte del prestigio de la marca proviene de su diseño sencillo y atractivo, del que hay que darle crédito a su diseñador en jefe: Jonathan "Jony" Ive.
Ive, un modesto británico de 44 años, ayudó a Jobs a rescatar a Apple del borde de la ruina financiera con el diseño juvenil de la computadora iMac, cuyos modelos originales vinieron en colores brillantes en un momento en que el mundo de las PCs era dominado por los tonos suaves.
Más tarde, ayudó a transformar a Apple en un centro neurálgico de la electrónica del consumidor y en la envidia del Valle del Silicio con el iPod, el iPhone y, más recientemente, el iPad.
Tras la reciente dimisión de Jobs como director, Apple deberá demostrar que puede seguir produciendo productos innovadores, incluso sin su carismático líder. El director de operaciones de Apple, Tim Cook, ahora como director general asumirá el papel del rostro público de Apple.
Sin embargo, en muchos sentidos, la verdadera presión de Apple recaerá sobre Ive para hacer que continúe su serie de éxitos.
Ive ha encabezado el equipo de diseño de Apple desde mediados de la década de 1990. Trabajando en colaboración estrecha con Jobs, Ive ha construido una sólida tradición en la empresa, al promover productos que son elegantes y con estilo, con esquinas redondeadas, pocos botones, superficies de aluminio cepillado y mucho vidrio pulido.
Seis de las obras de Ive, entre ellas el iPod original, incluso forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
En 1992, mientras Jobs seguía en el exilio de 12 años de Apple, el entonces director de diseño de la compañía, Robert Brunner, contrató a Ive como diseñador.
Brunner partió en 1996 y sugirió que Ive asumiera el cargo, a pesar de que sólo tenía 29 años. Cuando Jobs regresó de su exilio y se convirtió en director interino en 1997, nombró a Ive vicepresidente de diseño industrial.
Con Jobs de nuevo al timón y Ive como su gurú de estilo, Apple se centró en el diseño y asestó un golpe comercial que puso a la compañía de nuevo en marcha.
Sacudió a la industria de los computadores personales en 1998 con la iMac de colores caramelo. Los modelos originales tenían la forma de un televisor futurista en momentos en que la mayoría de las computadoras eran cuadradas y negras, beige o gris. Se vendieron 150,000 en su primer fin de semana. Apple vendió 800,000 iMacs a finales de ese año.
El iMac cambió el concepto de las computadoras personales y de la propia Apple entre los consumidores. Le dio a la compañía un impulso vital que le ayudó a marcar el comienzo de una nueva era de la electrónica del consumidor que fue extravagante, divertida y colorida. El equipo de mercadotecnia incluso llegó al punto de sugerirle a los consumidores que comprara sus cinco colores a manera de colección: fresa, arándano, uva, mandarina y limón.
Con Ive a cargo del diseño, Apple introdujo el primer iPod en 2001, el iPhone en 2007 y el IPad en 2010.
En los últimos años, la compañía abandonó en gran parte la paleta de colores brillantes (aunque todavía se puede encontrar en algunos iPods) a favor de los tonos negro, blanco y plata. Sin embargo, sus productos conservan la sencillez que los hizo accesibles a todo el mundo, así como sus curvas, superficies brillantes y aspecto lujoso.
Como resultado, los productos de Apple son más populares que nunca, permitiendo que la compañía haya superado el año pasado a su rival Microsoft Corp. como la empresa tecnológica más valiosa del mundo.
"Él no fue el responsable de ellos, pero definitivamente no se podrían haber creado sin él", dijo Leander Kahney, quien ha escrito sobre Apple en varios libros y en su blog "Cult of Mac" (El Culto a Mac).
Ive y Jobs han trabajado de la mano y, en muchos aspectos, han contribuido a un éxito recíproco. Ive siempre ha estado en contacto con Jobs, habla el mismo idioma que él y tienen una química evidente, dijo Paola Antonelli, curadora principal de arquitectura y diseño del MoMA.
Don Norman, quien trabajó en Apple en la década de 1990 como vicepresidente del grupo de tecnología avanzada, dijo que aunque Ive tenía buenas ideas de diseño "sentadas en los estantes", necesitó de Jobs para conseguir que esos diseños se volvieran realidad.
"Jony siempre ha sido Jony: brillante", dijo Norman. "Lo que necesitó fue un Steve Jobs que le dijera 'Hagámoslo realidad", agregó.
Ive, un modesto británico de 44 años, ayudó a Jobs a rescatar a Apple del borde de la ruina financiera con el diseño juvenil de la computadora iMac, cuyos modelos originales vinieron en colores brillantes en un momento en que el mundo de las PCs era dominado por los tonos suaves.
Más tarde, ayudó a transformar a Apple en un centro neurálgico de la electrónica del consumidor y en la envidia del Valle del Silicio con el iPod, el iPhone y, más recientemente, el iPad.
Tras la reciente dimisión de Jobs como director, Apple deberá demostrar que puede seguir produciendo productos innovadores, incluso sin su carismático líder. El director de operaciones de Apple, Tim Cook, ahora como director general asumirá el papel del rostro público de Apple.
Sin embargo, en muchos sentidos, la verdadera presión de Apple recaerá sobre Ive para hacer que continúe su serie de éxitos.
Ive ha encabezado el equipo de diseño de Apple desde mediados de la década de 1990. Trabajando en colaboración estrecha con Jobs, Ive ha construido una sólida tradición en la empresa, al promover productos que son elegantes y con estilo, con esquinas redondeadas, pocos botones, superficies de aluminio cepillado y mucho vidrio pulido.
Seis de las obras de Ive, entre ellas el iPod original, incluso forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
En 1992, mientras Jobs seguía en el exilio de 12 años de Apple, el entonces director de diseño de la compañía, Robert Brunner, contrató a Ive como diseñador.
Brunner partió en 1996 y sugirió que Ive asumiera el cargo, a pesar de que sólo tenía 29 años. Cuando Jobs regresó de su exilio y se convirtió en director interino en 1997, nombró a Ive vicepresidente de diseño industrial.
Con Jobs de nuevo al timón y Ive como su gurú de estilo, Apple se centró en el diseño y asestó un golpe comercial que puso a la compañía de nuevo en marcha.
Sacudió a la industria de los computadores personales en 1998 con la iMac de colores caramelo. Los modelos originales tenían la forma de un televisor futurista en momentos en que la mayoría de las computadoras eran cuadradas y negras, beige o gris. Se vendieron 150,000 en su primer fin de semana. Apple vendió 800,000 iMacs a finales de ese año.
El iMac cambió el concepto de las computadoras personales y de la propia Apple entre los consumidores. Le dio a la compañía un impulso vital que le ayudó a marcar el comienzo de una nueva era de la electrónica del consumidor que fue extravagante, divertida y colorida. El equipo de mercadotecnia incluso llegó al punto de sugerirle a los consumidores que comprara sus cinco colores a manera de colección: fresa, arándano, uva, mandarina y limón.
Con Ive a cargo del diseño, Apple introdujo el primer iPod en 2001, el iPhone en 2007 y el IPad en 2010.
En los últimos años, la compañía abandonó en gran parte la paleta de colores brillantes (aunque todavía se puede encontrar en algunos iPods) a favor de los tonos negro, blanco y plata. Sin embargo, sus productos conservan la sencillez que los hizo accesibles a todo el mundo, así como sus curvas, superficies brillantes y aspecto lujoso.
Como resultado, los productos de Apple son más populares que nunca, permitiendo que la compañía haya superado el año pasado a su rival Microsoft Corp. como la empresa tecnológica más valiosa del mundo.
"Él no fue el responsable de ellos, pero definitivamente no se podrían haber creado sin él", dijo Leander Kahney, quien ha escrito sobre Apple en varios libros y en su blog "Cult of Mac" (El Culto a Mac).
Ive y Jobs han trabajado de la mano y, en muchos aspectos, han contribuido a un éxito recíproco. Ive siempre ha estado en contacto con Jobs, habla el mismo idioma que él y tienen una química evidente, dijo Paola Antonelli, curadora principal de arquitectura y diseño del MoMA.
Don Norman, quien trabajó en Apple en la década de 1990 como vicepresidente del grupo de tecnología avanzada, dijo que aunque Ive tenía buenas ideas de diseño "sentadas en los estantes", necesitó de Jobs para conseguir que esos diseños se volvieran realidad.
"Jony siempre ha sido Jony: brillante", dijo Norman. "Lo que necesitó fue un Steve Jobs que le dijera 'Hagámoslo realidad", agregó.
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