La Policía Nacional y la Guardia Civil española desarticularon en Barcelona un grupo organizado dedicado al empleo de tarjetas de crédito fraudulentas para realizar compras de artículos electrónicos e informática en internet.
En la operación fueron detenidas seis personas en las provincias de Barcelona y Valencia, noreste, y Toledo, centro, e imputadas otras 11 en distintos puntos de España por los presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal y estafa.
En la operación fueron detenidas seis personas en las provincias de Barcelona y Valencia, noreste, y Toledo, centro, e imputadas otras 11 en distintos puntos de España por los presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal y estafa.
El complejo entramado incluía a terceras personas que, a cambio de una comisión, recibían la mercancía para reenviarla a los integrantes del grupo.
Posteriormente, los productos eran revendidos en el mercado negro.
Posteriormente, los productos eran revendidos en el mercado negro.
El Ministerio español del Interior resaltó que la operación policial tiene su origen en las numerosas denuncias presentadas en dependencias de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en diferentes comunidades autónomas.
En todas ellas, los denunciantes manifestaban haber sido víctimas de la utilización fraudulenta de los datos de sus tarjetas de crédito para realizar compras en internet, con el consiguiente perjuicio económico.
La coincidencia en el “modus operandi” en todos los casos, motivó el establecimiento de una investigación conjunta de ambos cuerpos policiales en aras a coordinar las informaciones obtenidas.
Explicó que gracias a la unidad de acción se conoció que se trataba de un grupo criminal perfectamente organizado, con una jerarquía y un reparto de funciones claramente establecidos, asentado en Barcelona.
Su máximo responsable, un ciudadano ruso residente en la ciudad condal, sería el encargado de coordinar y supervisar la obtención y empleo de datos fraudulentos de tarjetas de crédito.
Con ellos, se realizaban compras en internet de artículos de informática, fotografía y video de alta gama.
Los productos adquiridos eran remitidos, mediante empresas de paquetería, a nombre de personas que previamente habían sido captadas a través de páginas de ofertas de empleo en la red.
A cambio de una comisión, recibían el paquete para inmediatamente reenviarlo a un miembro del grupo ahora desarticulado.
Posteriormente, otros integrantes serían los encargados de dar salida en el mercado negro a los productos ilícitamente adquiridos, con el consiguiente beneficio económico.
En todas ellas, los denunciantes manifestaban haber sido víctimas de la utilización fraudulenta de los datos de sus tarjetas de crédito para realizar compras en internet, con el consiguiente perjuicio económico.
La coincidencia en el “modus operandi” en todos los casos, motivó el establecimiento de una investigación conjunta de ambos cuerpos policiales en aras a coordinar las informaciones obtenidas.
Explicó que gracias a la unidad de acción se conoció que se trataba de un grupo criminal perfectamente organizado, con una jerarquía y un reparto de funciones claramente establecidos, asentado en Barcelona.
Su máximo responsable, un ciudadano ruso residente en la ciudad condal, sería el encargado de coordinar y supervisar la obtención y empleo de datos fraudulentos de tarjetas de crédito.
Con ellos, se realizaban compras en internet de artículos de informática, fotografía y video de alta gama.
Los productos adquiridos eran remitidos, mediante empresas de paquetería, a nombre de personas que previamente habían sido captadas a través de páginas de ofertas de empleo en la red.
A cambio de una comisión, recibían el paquete para inmediatamente reenviarlo a un miembro del grupo ahora desarticulado.
Posteriormente, otros integrantes serían los encargados de dar salida en el mercado negro a los productos ilícitamente adquiridos, con el consiguiente beneficio económico.
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