RÍO DE JANEIRO (Rafael Ramos Villagrana) -- El error capital de una noche plagada de desaciertos por parte de Maza Rodríguez, sentencia a México. El defensa mexicano había sido el mejor jugador de Italia: entregaba balones en la salida, sentía pánico de la cercanía de Balotelli, y se vio toda la noche timorato, torpe, asustadizo y lento. Y de ahí, nació el desenlace: Italia 2-1 México.
Al minuto 77, el Maza le dio el Beso de Judas al Tri y lo crucificó. Balotelli se deshizo sin problemas del forcejeo patarato del defensa americanista, le superó en el cuerpo a cuerpo, con astucia y bravura, y con le pelota a modo y Rodríguez cayendo como bulto, en honor a sus 90 desastroso minutos, el italiano venció a José de Jesús Corona.
Un 2-1, que huele a sentencia de muerte para México, obligando ahora a vencer al anfitrión Brasil y a Japón para tratar de inventarse una hazaña para la cual dejó en claro que no tiene la concentración plena de sus jugadores.
Italia hizo lo justo: su mejor despliegue ofensivo lo encontró en la fragilidad defensiva de los mexicanos, y sin hacer un partido de alardes, le alcanza para mantenerse como el desafiante para controlar el grupo con Brasil.
Ante 71.527 aficionados, con una muchedumbre de ilusos e ilusionados mexicanos, México fue despedido por la tribuna tricolor con abucheos y nuevamente el poderoso grito de "Fuera Chepo, fuera Chepo, fuera Chepo"
CON UN TRAIDOR...
México fue más víctima de sus errores que de los aciertos italianos. En defensa, Maza Rodríguez fue el mejor poste de Italia, recibía, controlaba y entregaba al enemigo. Una jornada fatal. Y precisamente de su displicencia o temor se origina la falta que cobra Pirlo y emboca tras una lamentable reacción de José de Jesús Corona.
En media cancha, Torrado nuevamente rebasado, obligando a Zavala, Aquino y a Guardado a salir de posición, a hacer recorridos más largos, a desamparar terrenos suyos, y a obligar que Corona tuviera otra jornada de salvamentos, a pesar de su pusilanimidad en el lance de Pirlo.
Y tener que solucionar las deficiencias del Maza y Torrado provocó desórdenes en el equipo. Cuando recuperaba. No había volumen de respuesta, porque Aquino y Guardado eran bomberos desesperados en los límites del área y terminaban metiendo dureza y rudeza, ante la tibieza del Maza y la incapacidad de cazar al adversario por parte del cruzazulino.
Con el 1-0, Italia se sintió cómodo. Demasiado cómodo, especialmente porque ya Corona había advertido que en los fusilamientos y en el encare venía en racha como en los juegos del Hexagonal Final de la Concacaf.
Encima, los miles de mexicanos en la tribuna, pensando que ese primer gol era el primero de una ejecución sumaria, empezó a abuchear al Tri y ensañarse con Corona, a pesar de que ha sido la figura relevante de México en sus últimas actuaciones, rescantando el pescuezo de la guillotina.
Para fortuna dl Tri, ya sea por inspiración y decisión propia o porque al fin alguien le recordó a Chepo de la Torre que el escenario natural y más productivo de Giovani es por izquierda, Dos Santos estaba generando las mejores embestidas del Tri, con le ventaja de su futbol de corto matrimonio con la pelota.
Y fue Gio quien generó el empate, despojando al ¿Maza? Barzagli, pisando el área, negociando mañosamente el penalti, para hacer inmediato e inevitable el contacto.
A la jugada talentosa de Gio se suma la personalidad de Javier Hernández. Superando su anterior fobia a los penaltis, pide, acomoda, perfila y Buffon se traga el vació a la defrecha mientras el balón entra a la izquierda. 1-1.
Pero en México continuaban las penas. Maza seguía siendo el hombre más profundo de Italia. Estaba aterrado con Balotelli. Nunca pudo anticiparle, nunca se arevió a marcarle el terreno con el almizcle de una falta intimidante e inteligente.
En tanto, Corona se repuso y mantuvo su jornada redentora, mientras qu el Tri, extrañamente, quería levantar antorchas individuales en lugar de fogatas colectivas, y en una ocasión Andrés Guardado mete un disparo forzado, cuando Chicharito estaba solo en el área y sin marca patibularia encima.
Minutos después, CH14 le devolvió el desdén, cuando la dinámica de la jugada había colocado Ha guardado solo por derecha.
Con el 1-1 que no incomodaba a nadie, aunque tampoco desataba carnavales en ningún vestidor, concluye el primer tiempo.
DEL EQUILIBRIO A LA TRAICIÓN
Chepo de la Torre había recibido reiteradas invitaciones de los atacantes italianos para que sacara al Maza Rodríguez y a Gerardo Torrado.
En su terquedad o en su miopía, el Chepo se mantuvo obcecado, y por supuesto México, encontrarían el castigo.
El forcejeo intenso se mantuvo. Los dos equipos sentían que podían, pero que principalmente no podían dar ventajas.
En esa guerra sin cuartel por la pelota, México tenía la desventaja del pasadizo, del atajo para Italia, entre los pasillos de Maza y Torrado.
Y el 1-1 sobrevivió hasta que Balotelli, al 77', le ganó al Maza la lucha física, la lucha intelectual, la lucha masculina, la lucha anímica, la lucha hormonal, y mientras el Maza buscaba derrobar al adversario y se olvidaba de la pelota, Balotelli se concentró en el balón y sentenció el 2-1.
La traición mata dos veces. La física y la moral. Con el 2-1, México se dio cuenta que el Beso de Judas del Maza los había puesto en la cruz.
Ahora México viaja a Fortaleza para enfrentar a Brasil. Penúltima escala. Luego a Belo Horizonte ante Japón y después& ¿a casita?
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