Gómez Palacio, Durango.- Un par de “latigazos” fueron suficientes para que Colibríes de Malinalco pudiera vencer al Club Calor por dos goles a uno y dejarlo fuera de la liguilla de la división de ascenso del futbol mexicano por marcador global de cinco goles contra cuatro.
Jugadores, directivos, pero sobre todo la afición tuvo los últimos 20 minutos la esperanza de poder revertir el marcador, debido a que al 77 se redujo la distancia, sin embargo la delantera no se mostró efectiva como lo fue a lo largo del torneo y fallaron en el toque final.
Los locales mantuvieron el control del balón y crearon dos llegadas a puerta que no pudieron terminar en gol, pero los visitantes demostraron porque llegaron a la liguilla y con un contragolpe y un certero remate con la cabeza en tiro de esquina, se pusieron arriba en el marcador por dos cero al minuto al minuto 30 y 52.
A pesar del esfuerzo, los visitantes tomaron el control de los tiempos y del ritmo del partido, a los laguneros les faltó madurez y calma para resolver los problemas creados por los del estado de México lo que les llevó a la derrota.
Luis Lozoya, técnico del Calor no se hizo esperar y de inmediato realizó el primero de sus cambios para dar más fuerza al ataque, entrando a la cancha Jesús Ibarra por Alberto Orozco, al minuto 55, para luego dar actividad a Julio Espinoza en el minuto 60 por Rosendo de los Santos, quien no saliera en su tarde y fue fuertemente marcado por la defensa y nada pudo hacer para ayudar a la causa de los laguneros.
Fue hasta el minuto 77 cuando la ventaja se ve reducida a 2-1 haciendo crecer la esperanza de los aficionados de que se podía llegar al empate, para dar paso al sistema de desempate, favoreciendo en caso de darse a los laguneros por los tres goles de visitante anotados a media semana.
Un desborde por la banda derecha terminó en un centro y a pesar del intento de chilena de Jesús Ibarra el balón quedó en los pies de Osmar Salazar, que con potente disparo a la altura del penal logró vencer la férrea defensiva de los mexiquenses.
Los minutos transcurrieron y el marcador ya no se movió, la desesperación cayó sobre los jugadores y el cuerpo técnico, que vieron como el tiempo pasó rápidamente sin que se pudiera meter el balón a meta contraria, ante un rival que se parapetó en su media cancha y redujo los espacios de tal manera que pocas oportunidades dio para que llegasen con peligro los delanteros del Calor.
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