Con goles de Fabián, el Rebaño Sagrado venció al León, que se hunde. Los rojiblancos confirman su mejoría.
GUADALAJARA (Omar Fares) -- Lo advirtieron en la semana, y lo cumplieron. Los aficionados del León poblaron las tribunas del estadio Omnilife. Miles de seguidores de los Esmeraldas se adueñaron de las tribunas de la casa de Chivas sin importar las amenazas de las barras rojiblancas de la Legión 1908 y la Irreverente de que cobrarían venganza por las agresiones que sufrieron en el torneo pasado en la visita al Nou Camp.En dos años de existencia del estadio, considerado el mejor de México por sus modernas instalaciones, pocas veces ha registrado buenas entradas como en los Clásicos contra América, Atlas; y en las Liguillas. Las aficiones que más le habían competido al Rebaño son las de América y la de Tigres, pero la tarde de este domingo, los de León demostraron que es cierto el canto de "Yo te sigo a donde vas".
Habían transcurrido diez años desde la última vez que el León pisó los terrenos de Chivas, en aquella ocasión en el estadio Jalisco y con un marcador de 2-2. Ese Torneo de Verano 2002, los Panzas Verdes descendieron, y en su retorno a Guadalajara en la Primera División, las circunstancias no eran tan favorables. Pero a su gente no le importó que su equipo apenas sumara 5 puntos, y decidieron aventurarse a pintar de verde las gradas rojas del recinto del Rebaño.
El grito de "'¡León! ¡León!" se multiplicaba alrededor del inmueble, pero también hubo varios lapsos en lo que los dueños de casa hicieron sentir su localidad aprovechando que Chivas dominaba y tenía posesión del balón con los "¡Olé!", y abucheos a los dirigidos por Gustavo Matosas, para después hacer crecer con fuerza el "¡Chivas! ¡Chivas!", sobre todo al momento de caer el golazo de Marco Fabián al minuto 11.
La afición rojiblanca pudo sobrellevar la ola esmeralda durante el primer tiempo con los arribos de sus jugadores que anunciaban el segundo tanto, pero paulatinamente la Fiera mostraba síntomas de reacción, y en esa insurrección los acompañaba su afición que durante una década añoró el regreso al Máximo Circuito.
El Guadalajara de Benjamín Galindo que ha sufrido durante el torneo, y que sólo contaba con un triunfo como local, exhibía de nuevo las carencias que lo tienen estancado como la falta de creatividad en medio campo para generar al frente, y cuando Sabah y Márquez Lugo se las encontraron no supieron resolver.
Así, para el segundo tiempo Matosas ya había adiestrado a sus fieras en el vestidor para salir al campo con el hambre de devorarse a Chivas.
Lentamente el grito de "¡Chivas!" se perdía, y el "¡León! ¡León!" se agigantaba con el ánimo de los jugadores que arrinconaban a los rojiblancos.
Al '60, Matías Britos detonó el explosivo en las tribunas con un remate de cabeza que dejó congelada a la euforia tapatía. Entonces, el rugido de la Fiera se dejó sentir en la casa del Rebaño.
León parecía dominar, pero Chivas se negaba a dejar ir puntos, y Márquez Lugo ansiaba aumentar su cuota goleadora.
El duelo era un ir y venir hasta que Fabián, una vez más se convirtió en el héroe al '79. Sus gambetas en el área emocionaron, provocaron que sus admiradores lo impulsaran a disparar, lo hizo, y vino entonces otro estallido delirante para darles motivos a los aficionados para festejar, mientras que las banderas verdes se guardaban.
A siete minutos del final, Galindo relevó a un lastimado Fabián para ser despedido por su público en medio de aplausos estruendosos.
La celebración continuó en las tribunas, la afición se mantuvo en estado de delirio, mientras en la cancha, Chivas retenía el balón, esperaba el final para festejar también junto con su público su primer triunfo en casa en el Clausura 2013.
El colofón, después del canto de "¡Nos lo chin& otra vez!" para dar paso el tradicional Cielito lindo también como mensaje a los de Guanajuato: "Canta y no llores".
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