jueves, 21 de julio de 2011

ELLA DE 75 EL DE 82, AMBOS VIVEN EN EL ASILO MIGUEL HIDALGO, SE AMAN Y SE CASAN




---Una historia de amor que brilla  en la tercer edad, todos estàn muy contentos con la boda---.

Raúl PUENTE-MORALES

Aplausos, flores y gritos de `beso, beso´, los viejecitos del Asilo Miguel Hidalgo hicieron vaya a la llegada  de Ladislao Cortés Trujano y Rosa Martha Carrillo Arguello, de 82 y 75 años respectivamente, quienes tras enviudar y conocerse en el hogar para las personas de la tercera edad, decidieron casarse, demostrando así que nunca es tarde para querer, amar y compartir todos los días que les resten de vida mediante la alegría y el amor.

Despuès de la ceremonia católica en el templo El Niño de la Salud, los novios hicieron su arribo al asilo, donde los esperaban impacientes los viejecitos a la entrada del recinto, donde realizaron la ceremonia civil, así como el festejo.


Con su silla de ruedas algunos de los viejitos esperaban impacientes, otros más sentados ya en sus lugares, a la expectativa de los platillos y la fiesta, mientras que los familiares y trabajadores del asilo continuaban terminando los preparativos para la recepción de los novios al recinto.

A la llegada de la pareja de la tercera edad, el señor Ladislao no soltaba ni por error a la novia, mientras que los asistentes al festejo y algunos medios de comunicación que acudieron a notificar el suceso, aprovecharon la entrada para las fotos con familiares y amigos.

Posteriormente, la pareja recorrió el pasillo del asilo, para dirigirse donde la juez civil esperaba para iniciar la ceremonia de matrimonio, mientras tanto, el músico que amenizó el festejo, aprovecho para resonar la marcha nupcial, mientras los novios, a paso lento, pero no por ello sin entusiasmo, llegaron ante la mesa donde se casarían oficialmente.

Durante la boda, la juez que finiquitó la unión de los señores Ladislao y Rosa Martha, destacó que no hay edad para demostrar el amor, pues fue en el asilo, donde la pareja se conoció y decidió unir sus vidas.

Finalmente, al término de la ceremonia civil, los mismos habitantes del asilo, así como los familiares de los novios, como jovencitos, gritaban “beso, beso”, y tras una muestra del amor, fueron aplaudidos por los asistentes a la celebración.

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