sábado, 30 de junio de 2012

CAMBIO DE VALLAS EN LOS OLIMPICOS

El galés David Greene fue futbolista hasta que una rara dolencia lo obligó a abandonar. Se convirtió en atleta y fue campeón mundial de 400 vallas.

BUENOS AIRES -- Durante toda su infancia y adolescencia el atleta galés David Greene, campeón mundial de 400 metros con vallas, tuvo un solo ídolo. No fue ningún vallista como él. Tampoco un velocista. En realidad, ni siquiera fue alguien dedicado al atletismo. Fue su compatriota Ryan Giggs, futbolista del Manchester United y de la selección de su país.

Greene, nacido en el sudeste de Gales un 11 de abril de 1986, no tenía ningún interés en el atletismo. Fanático del fútbol tanto como de Giggs, había demostrado habilidad en ese popular deporte y, cuando se presentó la oportunidad, no dudó un segundo en comenzar a practicarlo de manera formal.



Cumplió actuaciones destacadas durante su época de estudiante de la escuela primaria y, casi por decantación, le llegó una chance de subir un escalón en la que ya soñaba como una futura carrera profesional.

El Swansea City, el equipo de fúbol más importante de Gales, había puesto sus ojos en él, y lo incorporó a sus divisiones juveniles. Todo corría sobre rieles en la mente de Greene, que ya se imaginaba disputando la Premier League de Inglaterra. Pero a los 16 años una lesión en su rodilla, producida por un salto de crecimiento, hizo que los médicos le aconsejaran abandonar el fútbol.

La desazón fue enorme. Pero los doctores le abrieron una puerta trasera: Esa lesión era grave para la práctica de fútbol, pero no así para la de atletismo.

Pasada la decepción, Greene decidió reorientar sus ánsias de competencia hacia la disciplina que le habían recomendado los galenos. No tuvo que realizar grandes cambios en su vida, ya que el mismo Swansea donde entrenaba, tenía también un sector dedicado al atletismo.

"Jugar al fútbol me endureció. Me gritaban mucho y era un ámbito muy competitivo. Además, sufrí bastantes lesiones, lo que me ayudó a lidiar con los contratiempos una vez que comencé con el atletismo", contó en una entrevista.

Si bien hoy todavía corre para el Swansea, con el paso del tiempo se percató de que la estructura que el Swansea le ofrecía le estaba quedando chica. Así, cuando estaba cerca de cumplir los 20 años decidió mudarse hacia Cardiff.

“ "Jugar al fútbol me endureció, y eso me ayudó en el atletismo" ”--David Greene

Con otros entrenadores y mayores recursos, su carrera tomó impulso. Así, llegó el momento del gran despegue. Fue en el Europeo juvenil de 2005 en Lituania, donde obtuvo la medalla de plata, detrás del croata Milan Kotur.

Como años atrás con el fútbol, aparecían las señales de que lo suyo iba en serio. De que podía ser un gran atleta, dedicarse y ganarse la vida en esa actividad.

Mientras intentaba asentarse en el circuito mayor, su éxito en el juvenil había madurado, y se consagró campeón del Europeo sub 23 de 2007, realizado en Hungría. Fue su última participación en los grandes torneos de esa categoría.

Era hora de dar el salto.

La primera demostración de que lo había dado con éxito llegó en 2009, cuando lo incluyeron en el equipo británico para el Mundial de Alemania. Allí logró clasificarse a la final de su especialidad, los 400 vallas, y terminó en séptimo lugar.

2010 fue el tiempo de la consolidación definitiva. En julio ganó el oro en el Europeo de Barcelona, España, en septiembre alcanzó su mejor marca personal, al lograr 47.88 segundos en la reunión de Split, y en octubre logró la victoria en los Juegos de la Commonwealth realizados en India.

Paso a paso, Greene había ido logrando sus objetivos. El próximo era terminar de consagrarse con un título internacional.

A él, el mundial Daegu 2011, en Corea del Sur, le pareció la ocasión apropiada. No así a los periodistas especializados, que ponían los reflectores sobre atletas como el puertorriqueño Javier Culson y los estadounidenses Bershawn Jackson y Angelo Taylor.

El final de la carrera fue épico. Culson entró a la recta final con el dominio de la prueba, pero 'Dai', como le dicen a Greene, realizó una arremetida impresionante después de la última valla y lo superó.

El galés se salió con la suya. Fue campeón y obligó a todos a ponerlo en la cima de los grandes candidatos al oro en los Juegos Olímpicos Londres 2012.

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