Cuando regresaban a Morelia los funcionarios fueron detenidos por militares y luego de la verificación de quienes eran, siguieron su camino.
Raúl PUENTE-MORALES
Reyna García dejó en claro que al trasladarse a la Nueva Jerusalén, su intención no era dialogar ni lograr un acuerdo con las partes que se mantienen en conflicto
por diferencias de credo sino “expresar que la posición del estado es que no debe haber más hechos violentos en la comunidad y pedirles como líderes religiosos que no se propicien y se respeten los derechos de todos”El funcionario responsable de la segurida y política interna del estado se reunió en privado con un grupo religioso que venera la imagen de la Virgen de El Rosario, encabezado por el obispo Martín de Tours, luego de que fueran quemadas dos escuelas y trascendiera la supuesta intención de éstos respecto a expulsar de la comunidad a quienes no comparten un modelo de vida basado en preceptos y normas religiosas.
Por otro lado cuando el secretario de gobierno regresaba junto con el coordinador de comunicación social, Julio Cesar Hernández, después de haber estado en la Ermita, fueron alcanzados por un convoy de militares que los pararon, pero apuntándoles con las armas, ya que junto a los funcionarios también viajaban los escoltas armados, pero el caso no pasó a mayores, ya que una vez identificados plenamente les permitieron seguir su camino, y al respecto Reyna García dijo que era el trabajo de los soldados, cuidar de las seguridad de los michoacanos y solamen te habían cumplido con su deber, y todo quedó en la anécdota.
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