Se hablò en muchos lados de varios muertos, incluso la alcaldesa de paràcuaro dijo que sabìa de muchos muertos y que había sido abandonada por el gobierno federal y estatal.
Raùl PUENTE-MORALES.
Después de tres días en que el temor la angustia y la zozobra campeò entre los habitantes de la región de Tierra Caliente y la entrada de grupos de autodefensas al municipio de Parácuaro, sumado a las manifestaciones de grupos de civiles, quienes aseguran están en contra del avance de estos grupos, el día de ayer los municipios de Tierra Caliente recuperaron parte de la tranquilidad.
La normalidad comenzó con el inicio de la apertura de la carretera Apatzingán-Cuatro Caminos, los bloqueos cesaron la noche del lunes y hasta el día de ayer no se habían registrado manifestaciones que impidieran el traslado de ciudadanos que tenían más de tres días varados en la región.
Durante la mañana del martes se registró una aglomeración en las centrales camioneras, las cuales restablecieron las corridas de autobuses con destinos a Uruapan, Morelia, Lázaro Cárdenas y otros estados como Colima y Guadalajara, en tanto las líneas de autobuses de segunda clase también reactivaron sus salidas a los municipios de Tierra Caliente, tales como Tepalcatepec, Buenavista, Coalcomán y Aguililla.
Pese a que un dia antes del reinicio del ciclo escolar había incertidumbre sobre la apertura de los centros escolares, desde temprana hora este martes en Apatzingán los alumnos comenzaron a llegar a las aulas, mientras que en el municipio de Parácuaro se decidió postergar el regreso a clases para evitar que los niños se expongan a situaciones violentas hasta nuevo aviso.
El comercio de Apatzingán se mantiene de manera cotidiana, sin negar que el gremio se encuentre con temor y a la expectativa de posibles hechos violentos, sobre todo al momento de observar fuertes operativos de elementos de la Policía Federal y del Ejército Mexicano, quienes realizan rondines por diversas avenidas y carreteras del municipio.
Entre la población se aprecia una aparente calma pero no deja de preocupar la posibilidad de nuevos cierres carreteros o la expansión de los grupos de autodefensa hacia otros puntos, pero la necesidad de llevar dinero a casa y realizar las actividades cotidianas no deja otra alternativa que continuar con la vida normal.
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