por David Faitelson
Más allá de que se logre en el corto, mediano o largo plazo, o que se logren aterrizar solo algunas de las medidas que se proponen, el simple hecho de separar a la Liga de la FMF parece un paso trascendental hacia los nuevos tiempos. Estamos hablando de restarle poder, de quitarle el control y el manejo que históricamente ha tenido el mismo grupo sobre el futbol.
LOS ANGELES -- Olvídense de la "Liga Premier", olvídense de copiar modelos ingleses, españoles o alemanes que no van de acuerdo ni con el nivel económico ni con la idiosincrasia del país. Lo que verdaderamente está en juego aquí es una palabra sencilla y al mismo tiempo compleja llamada "independencia" que, en el contexto, podría significar un pequeño gran paso en la búsqueda del cambio que tanto anhelan algunos para el futbol mexicano.
La Asamblea del Dueños que tendrá lugar este miércoles en el futbol mexicano propone una liga
diferente, con los mismos equipos, los mismos protagonistas y hasta los mismos defectos, pero quizá con una ventana de esperanza hacia el futuro inmediato. El proyecto dice que la FMF deje el poder que tiene sobre la liga, que la FMF se dedique exclusivamente a la selección, al desarrollo de la misma, a planear juegos, a comercializar, a vender y a tratar de que todas las selecciones puedan crecer y ganar en eventos internacionales.La clave sigue siendo una sola en el futbol mexicano: el cambio.
La Liga tendría que buscar sus propios patrocinios, sus propios ingresos, tendría control sobre el arbitraje, sobre la Comisión de Disciplina, la liga buscaría mejoras en los estadios, que los equipos trabajen con mayor ímpetu en las fuerzas básicas y en el desarrollo de talentos, que la televisión pague mejores condiciones por concepto de derechos. La Liga trabajaría en la búsqueda de sus propias condiciones. La Liga buscará ser una marca, un producto, que crezca y que no dependa del capricho de uno, sino de un beneficio común para todos sus socios.
Más allá de que ello se logre en el corto, mediano o largo plazo, o que se logren aterrizar solo algunas de las medidas que se proponen, el simple hecho de separar a la Liga de la FMF parece un paso trascendental hacia los nuevos tiempos.
Estamos hablando de restarle poder, de quitarle el control y el manejo que históricamente ha tenido el mismo grupo sobre el futbol. Ese ya es un paso. Los 18 socios (que usted sabe que no son 18 por un concepto de ilegalidad) repartiéndose equitativamente no solo "el pastel", no solo las ganancias, también la responsabilidad de la liga, de sus avances, de su crecimiento, de sus resultados, de su competitividad.
Hay muchas cosas por delante, muchos temas que resolver: Multipropiedad, intereses, monopolios, arbitraje, la Comisión Disciplinaria, los derechos del jugador, desarrollo de fuerzas básicas, promotores y otros temas que siguen agobiando el desarrollo del futbol mexicano, pero restarle poder al grupo que manda es otro paso rumbo a la democracia futbolística con la que algunos soñamos.
Más allá de que se logre en el corto, mediano o largo plazo, o que se logren aterrizar solo algunas de las medidas que se proponen, el simple hecho de separar a la Liga de la FMF parece un paso trascendental hacia los nuevos tiempos. Estamos hablando de restarle poder, de quitarle el control y el manejo que históricamente ha tenido el mismo grupo sobre el futbol.
LOS ANGELES -- Olvídense de la "Liga Premier", olvídense de copiar modelos ingleses, españoles o alemanes que no van de acuerdo ni con el nivel económico ni con la idiosincrasia del país. Lo que verdaderamente está en juego aquí es una palabra sencilla y al mismo tiempo compleja llamada "independencia" que, en el contexto, podría significar un pequeño gran paso en la búsqueda del cambio que tanto anhelan algunos para el futbol mexicano.La Asamblea del Dueños que tendrá lugar este miércoles en el futbol mexicano propone una liga
diferente, con los mismos equipos, los mismos protagonistas y hasta los mismos defectos, pero quizá con una ventana de esperanza hacia el futuro inmediato. El proyecto dice que la FMF deje el poder que tiene sobre la liga, que la FMF se dedique exclusivamente a la selección, al desarrollo de la misma, a planear juegos, a comercializar, a vender y a tratar de que todas las selecciones puedan crecer y ganar en eventos internacionales.La clave sigue siendo una sola en el futbol mexicano: el cambio.
La Liga tendría que buscar sus propios patrocinios, sus propios ingresos, tendría control sobre el arbitraje, sobre la Comisión de Disciplina, la liga buscaría mejoras en los estadios, que los equipos trabajen con mayor ímpetu en las fuerzas básicas y en el desarrollo de talentos, que la televisión pague mejores condiciones por concepto de derechos. La Liga trabajaría en la búsqueda de sus propias condiciones. La Liga buscará ser una marca, un producto, que crezca y que no dependa del capricho de uno, sino de un beneficio común para todos sus socios.
Más allá de que ello se logre en el corto, mediano o largo plazo, o que se logren aterrizar solo algunas de las medidas que se proponen, el simple hecho de separar a la Liga de la FMF parece un paso trascendental hacia los nuevos tiempos.
Estamos hablando de restarle poder, de quitarle el control y el manejo que históricamente ha tenido el mismo grupo sobre el futbol. Ese ya es un paso. Los 18 socios (que usted sabe que no son 18 por un concepto de ilegalidad) repartiéndose equitativamente no solo "el pastel", no solo las ganancias, también la responsabilidad de la liga, de sus avances, de su crecimiento, de sus resultados, de su competitividad.
Hay muchas cosas por delante, muchos temas que resolver: Multipropiedad, intereses, monopolios, arbitraje, la Comisión Disciplinaria, los derechos del jugador, desarrollo de fuerzas básicas, promotores y otros temas que siguen agobiando el desarrollo del futbol mexicano, pero restarle poder al grupo que manda es otro paso rumbo a la democracia futbolística con la que algunos soñamos.
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