Arturo García Gaytán.
En plena era digital y de las redes sociales, el candidato a la alcaldía de Morelia, un tal Patas Verdes o Wilfrido Lázaro Medina, pregona que en su partido “sí hay unidad”. Vaya. Además de tonto, miope. Van tan unidos los priistas que Peña Nieto no ha tocado la capital del estado, y, la publicidad del Patas Verdes brilla por la ausencia en la figura de EPN.
Desesperada, mente, grita pidiendo “voto lineal” o sea: que el elector vote PRO para presidente, senador, diputado federal y alcalde de Morelia; en pocas palabras, Patas Verdes aspira que Pela Nieto sea el tractor que lo arrastre para coronar sus aspiraciones. O sea: desconfía de lo que llama trabajo.
Luego está la supuesta unidad tricolor, nada más un mito en estos tiempos en los que TODO se sabe, y desde hace meses e prohibió desde la casa de campaña de Peña que su imagen fuera reproducida por candidatos a senadores y diputados federales.
En Michoacán se hizo una deshonrosa excepción y el Arturo Guzmán y Chon Orihuela recibieron permiso para hacerse publicidad a costa de EPN, mientras que el resto de candidatos se la andan algo así como pellizcando, lo que se interpreta como una clara muestra de discriminación, entonces: ¿cuál unidad?
Es inmensa la desesperación que se respira en la dizque casa de campaña del Patas Verdes, pues sabe perfectamente que Chon Orihuela da más pena que votos, Ernesto Núñez y Eligio González son dos lastres monumentales y, esta vez no estará en las boletas la gran F que lo ha impulsado toda su vida.
Además, vaya usted a saber a quién se le ocurrió retraer del pasado el tema de las islas El Cayacal y La Palma, lo cual significará una merma política para algunos ex diputados que andan en campaña, entre ellos, claro está, Patas Verdes Lázaro Medina.
Pues como descoordinador de la pandilla priista en la 71 Legislatura local, encabezó las aprobaciones de la venta de la isla y de todo el andamiaje jurídico que tiene hundido al estado en la crisis financiera más severa de su historia, lo mismo Eligio González y todos los 40 que integraron esa nefasta camada de depredadores.
Sí, que se investigue y que se llegue hasta las últimas consecuencias, que no pare en una declaración o puntada mediática, esperamos de verdad se corra el telón y salgan a la luz pública los nombres de los beneficiarios y propietarios de lotes que a nuestras costillas se apoderaron de ese trozo de Michoacán.
Catalina Rosas Monge, ex titular de la secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente, busca cobijo entre columnistas y forjadores de opinión, pues teme que su imagen y trayectoria política se ensombrezca y siendo un poco más que minuciosos, apenas e hizo bien, pues bajo su mando tuvo a verdaderos pillos que aprovechando la confianza y supina ignorancia de la Rosas, le vieron la cara.
Como es el caso del Último de los Cachondos, el mismo que se siente guapo y torero, ex regidor, ex diputado local y mecenas de damitas guapas e ingenuas, quien aprovechando la candidez de Catalina se despachó de lo lindo acaparando lotes y predios, el que debió ampararse dicen es Juan Manuel Iriarte Méndez.
¿Es posible erradicar la violencia por decreto? Al parecer hay un funcionario de primer nivel del gobierno estatal que cree que sí, que basta decirlo para que se terminen el pago de cuotas o piso, se supriman los secuestros, extorsiones, plagios, robos y asesinatos; según Roberto Monroy García, la cosa es así de fácil.
Se entiende que el secretario de Turismo intente a toda costa legitimar su trabajo, pero no es válido que lo haga de una manera frívola y hasta irresponsable, es cierto, la violencia daña la imagen del estado y sus ciudades, nadie lo niega, pero tampoco vamos a echar la basura debajo de la alfombra para que las visitas no la vean.
Tal vez Monroy García debería de proponer explotar el turismo forense, o algo relacionado a la realidad que nos golpea a diario, pero negar que tenemos un problema no es la solución del mismo, es más, mucho nos gustaría que nos dijera en calidad de qué están su padre y su hermano en la nómina de la dependencia.
Una vez más Selene Lucía Vázquez Alatorre se llevó los reflectores y no por lo brillante de su gestión legislativa, no, ahora resulta que la otra vez diputada local se metió a la farándula y monta performance en el recinto parlamentario, violentando cualquier indicio de ética y buen gusto.
A declaración expresa del Pollo Orihuela, la Vázquez le sorrajó un excusado, pues el priista dijo que los amarillos ni eso dejaron en Casa de Gobierno; el gesto es loable, por lo que tal vez en ASTECA igual se preparan a recibir el reembolso de parte de la familia Vázquez, lo mismo que los empleados de cierto casino en la ciudad de Guanajuato.
Si Selene Lucía pretende hacerse famosa por sus puntadas, mejor que renuncie y se dedique de lleno al espectáculo, quien quiete y logre emular a la diva Regina Orozco, que de ser una ballena después de rigurosa dieta y ejercicio quedó más sabrosa que una chica TELEVISA.
Sí, es cierto, Morelia no es Disneylandia, pero podría serlo si quienes la gobiernan tuvieran voluntad. Igual podría ser Mónaco, o Las Vegas, o cualquier ciudad de cualquier continente, pues la verdadera riqueza está en la gente; pero, como hemos sido pesimamente administrados no hemos progresado.
Esta es la visión chata y estúpida de esos que quieren gobernar la capital de Michoacán con mediocridad y opacidad, regalando láminas de cartón y despensas en lugar de enseñarle a la gente como construir sus techos de material y ofrecerles un empleo decente para que no pasen hambre. ¿Me estás leyendo Wilfrido…?
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